Diagnóstico

Entrada realizada por: Sara Lermo Rojo

Las técnicas tradicionales para el diagnóstico definitivo de alteraciones cromosómicas (amniocentesis, biopsia de vellosidades coriales y cordocentesis) son invasivas y están asociadas con un cierto riesgo de aborto, por lo que estas pruebas deben realizarse solamente en gestaciones de alto riesgo de aneuploidía. Para ello, antes de realizar una prueba diagnóstica invasiva se llevan a cabo varias técnicas de screening para identificar mujeres con alto riesgo. (1)

TÉCNICAS DE SCREENING

Todas las embarazadas tienen un cierto riesgo de tener un feto con defectos cromosómicos, pero el riesgo individual depende del riesgo inicial (basado en la edad maternal y la gestacional) multiplicado por una serie de cocientes de probabilidad que dependen del resultado de las pruebas de cribado. El riesgo de anomalías cromosómicas aumenta con la edad materna y disminuye a medida que la gestación avanza, dado que los fetos con defectos cromosómicos tienen más riesgo de muerte intraútero. La tasa de muerte fetal entre la semana 12 y el término de la gestación es aproximadamente del 80% en trisomía 13. (1)
En general, las técnicas de cribado se basan en una combinación de marcadores bioquímicos en suero materno y la valoración ecográfica. Combinando estas pruebas obtenemos una sensibilidad cercana al 90% para la trisomía 13.
El screening tiene la gran ventaja de utilizar suero materno, sin invadir el útero. Sin embargo, está asociado a un alto porcentaje de falsos positivos y una sensibilidad baja. Todos los métodos de evaluación del riesgo han de realizarse en combinación con una técnica de diagnóstico invasivo para confirmar el diagnóstico de forma definitiva. (2)

DIAGNÓSTICO PRENATAL INVASIVO

Aunque las técnicas invasivas de diagnóstico prenatal tienen cierto riesgo de aborto, aún no existe una tecnología eficaz para reemplazarlas en la actualidad, ya que las técnicas de análisis para determinar la dotación genética que se utilizan en la actualidad precisan de la obtención de células fetales. Para obtenerlas, existen diferentes alternativas, en función del momento de la gestación y el fin del análisis, fundamentalmente son:

1.       Amniocentesis
Se practica entre las semanas 15 y 20, siendo el procedimiento más común para el diagnóstico de aneuploidía fetal y otros trastornos genéticos. Se utiliza guía sonográfica para introducir una aguja espinal en el saco amniótico evitando la placenta, el cordón umbilical y el feto. Se extraen 20  ml de líquido amniótico (desechando los primeros 1-2 ml, por probable contaminación con células maternas) para determinar el cariotipo fetal. (3)
Las complicaciones son infrecuentes, incluyendo manchado vaginal transitorio o fuga de líquido amniótico en el 1 – 2% de los casos y corioamnionitis en <0,1%. El cultivo de las células fetales obtenidas raramente falla, aunque es más probable si el feto es anormal. Es posible detectar aneuploidías sin cultivar las células mediante PCR digital, técnica con un uso clínico prometedor. (3)
La tasa de pérdida fetal relacionada con el procedimiento es de un 0,06%. (3)
La amniocentesis temprana se realiza entre las semanas 11 y 14. Por diversos motivos es menos satisfactoria que la estándar del segundo trimestre, por lo que la técnica está desaconsejada: La técnica es la misma pero más difícil debido a que las membranas aún no se han fusionado con la pared uterina. Se extrae menos líquido (aproximadamente 1 ml por cada semana de gestación). Se acompaña de índices más altos de complicaciones, especialmente pie equinovaro y fuga de líquido amniótico. Además el fracaso del cultivo celular es más frecuente. (3)

2.       Biopsia de vellosidades coriónicas
Se realiza entre las semanas 10 y 13. Las muestras pueden obtenerse por vía transcervical o transabdominal. Esta técnica ofrece resultados en etapas más tempranas del embarazo, reduciendo la ansiedad de los padres cuando los resultados son normales. Y posibilita métodos más tempranos y seguros para la terminación del embarazo en caso de resultados anormales. (3)
Las complicaciones son similares a las de la amniocentesis. (3)

3.       Muestreo sanguíneo fetal (cordocentesis)
Se realiza para obtener células fetales para su análisis genético cuando los resultados de la amniocentesis o la biopsia corial son confusos o cuando se requiere un diagnóstico rápido. Puede determinarse el cariotipo de sangre fetal en 24 – 48 h. (3)

Bajo guía ecográfica, se introduce una aguja espinal en la vena umbilical y se extrae sangre fetal. Las complicaciones son frecuentes (hemorragia del vaso, hematoma del cordón, bradicardia fetal) pero transitorias, aunque en un 1,4% de los casos pueden causar la muerte fetal. (3)


















MÉTODOS DE ANÁLISIS DE LA DOTACIÓN GENÉTICA

Una vez obtenidas las células, se debe determinar su dotación cromosómica. Tradicionalmente, la prueba de elección para la detección de anomalías cromosómicas es el cariotipo con bandas G (giemsa), con una sensibilidad y especificidad cercanas al 100% para la detección de la trisomía13. Además, el cariotipo puede detectar otras aberraciones cromosómicas estructurales, como las translocaciones, que también pueden ser causa del síndrome de Patau, con una resolución de aproximadamente 10 millones de pares de bases de DNA. (4)

Para llevar a cabo la técnica, las células deben encontrarse en división. Para ello se incuban en presencia de agentes mitógenos. A continuación, la mitosis se detiene en prometafase, para lo que se emplea colchicina, que interfiere en la polimerización de los microtúbulos del huso mitótico. Por último, las células se someten a un choque osmótico para lisar las membranas y obtener los cromosomas, que se fijan y tiñen antes de observarse al microscopio.


A pesar de su gran sensibilidad y especificidad, el análisis del cariotipo con bandas G tiene varias limitaciones. Debido al tiempo necesario para cultivar las células, y el laborioso proceso de análisis, los resultados se retrasan entre 7 y 14 días. Aunque el coste de laboratorio varía entre centros, un cariotipo completo de una muestra prenatal ronda los 400 dólares. Por estos motivos, se han desarrollado técnicas de genética molecular que no requieren cultivo celular y que pueden automatizarse, proporcionando resultados más rápidos y baratos. Las principales técnicas de diagnóstico rápido de aneuploidías son el FISH y la QF-PCR. (4)


La técnica FISH (fluorescence in situ hybridization) utiliza sondas fluorescentes que se unen a una secuencia de DNA. En muestras prenatales, se lleva a cabo en células no cultivadas en interfase, con sondas específicas para los cromosomas 13, 18, 21, X e Y. Las muestras se visualizan al microscopio, el número de señales fluorescentes por célula indica el número de copias del cromosoma diana. Se analizan 100 células para excluir mosaicismo mayor al 10 – 15%, un nivel similar al que se obtiene con un cariotipo convencional. (4)



La QF-PCR (qualtitative fluorescence polymerase chain reaction) es un método novedoso con respecto a la PCR, una técnica clásica en genética molecular que amplifica regiones de DNA basándose en la unión de cebadores específicos de región. QR-PCR puede detectar el número de copias de una secuencia de DNA. QF-PCR amplifica marcadores de DNA específicos de los cromosomas de interés (en nuestro caso, el 13) partiendo del DNA extraido de las células fetales sin cultivar. Se utilizan cebadores marcados con fluorescencia que se unen a las secuencias diana y permiten a la DNA polimerasa replicar la hebra, sintetizando DNA de doble hebra. Tras la amplificación, los productos se separan por tamaño, usando un sistema de electroforesis capilar. La medida de la intensidad de la señal fluorescente permite determinar el número de copias de cada secuencia, y por tanto de cada cromosoma. La tasa de detección de mosaicismo es comparable a la obtenida mediante cariotipo convencional y mediante FISH, pero su mayor ventaja con respecto a ambas es la posibilidad de automatización que ofrece, permitiendo bajar el precio de cada prueba a unos 20 dólares. (4)

DIAGNÓSTICO PRENATAL NO INVASIVO

Recientemente se han desarrollado técnicas de diagnóstico prenatal no invasivo (NIPT, non-invasive prenatal testing) para obtener muestras fetales reduciendo el riesgo de aborto de las técnicas invasivas.

DNA/RNA libre en sangre materna
El plasma materno contiene una pequeña cantidad de ADN libre fetal que podemos usar para el diagnóstico prenatal. Generalmente, el DNA libre se usa para la determinación del sexo, el grupo sanguíneo y el diagnóstico de enfermedades monogénicas como la acondroplasia o la talasemia. Sin embargo, debido a la naturaleza fragmentada del DNA libre, su identificación es difícil, y suele realizarse mediante marcadores de cromosoma Y en fetos varones o polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) y marcadores de metilación del DNA fetal. Debido a la fragmentación de la información, el análisis de este DNA presenta limitaciones para identificar aneuploidías como el síndrome de Patau. Las nuevas técnicas de NGS (next generation sequencing) pueden secuenciar grandes cantidades de DNA en poco tiempo. Con la secuenciación masiva en paralelo y el potente procesamiento bioinformático, el diagnóstico de aneuploidías en DNA fetal en sangre materna ha demostrado una tasa de detección de síndrome de Down del 99% con menos del 1% de falsos positivos. (2)

Células fetales en sangre materna
Comparado con el DNA fetal en sangre materna, las células fetales circulantes tienen información genética completa en su núcleo y pueden ser útiles para diagnósticos genéticos complejos. Esto es especialmente útil cuando queremos identificar defectos genéticos que la madre o el padre también poseen, ya que la célula fetal no se confunde fácilmente con una parental. Sin embargo, la frecuencia de células fetales es muy baja. Por tanto, se investiga constantemente técnicas para su efectivo aislamiento. (2)

Bibliografía

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1.
García FSM. Métodos de cribado de aneuploidías en el diagnóstico prenatal. Diagnóstico Prenatal. 2011; 22(3): p. 92-96.
2.
Wei-Lung C, Ching-Hua H, Hua-Wei T. Noninvasive prenatal diagnosis. Taiwanese Jorunal of Obstetrics and Gynecology. 2015; 54(4): p. 343-349.
3.
Cunningham , Leveno , Bloom , Hauth , Rouse , Spong. Williams Obstetricia. 23rd ed.: McGraw-Hill; 2011.
4.
Sparkes R, Johnson J, Langlois S, Wilson R, Allen V. New molecular techniques for the prenatal detection of chromosomal aneuploidy. J Obstet Gynaecol Can. 2008; 30(7): p. 617-21.
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